Alguna vez fui infiel


Si alguien dijera a una nutrida concurrencia: "Que lance la primera piedra quien nunca haya sido infiel", de seguro me quedaría bien sentadito, es más, me agazaparía entre la multitud intentando pasar desapercibido. "Hay que quemar naves para que en el futuro seas un buen marinero", me recomendaban los mayores cuando aun era joven; imagino que intentaban darme a entender que primero experimentara con algunas 'aventurillas' para luego ser una buena cabeza de familia. Con lo que estos seudo "maestros" no contaban es que tan "sabio" consejo podía convertirse en una inmanejable costumbre durante un tiempo prolongado.

La sociedad machista, que suele gobernar la mayoría de países en nuestro "planeta celeste", ata en los ojos de los varones una oscura venda desde la etapa infantil hasta la mayoría de edad que nos impide, algunas veces, ver la felicidad dentro de la fidelidad. "Cuanto más mujeres más macho" "Tienes que ser un maestro en el arte de trampear" "En la casa manda el hombre" "El mundo es para los vivos (astutos)", esta sarta de cojudeces como una enfermedad se va contagiando de generación en generación.

A lo largo de mi vida muchas veces me he enamorado afiebradamente, con los sentimientos desnudos, muy sinceramente de la mujer que con solo mirarme lograba acelerar mi fluido sanguíneo. Pero también debo reconocer, en honor a la verdad, que algunas veces tuve mis "cosillas" paralelas a la relación que en aquel momento mantenía, aunque éstas fueran con el corazón dormido. Mi ciega juventud me convirtió en un fiel cumplidor de aquella frase popular que dice: "Mi mujer es la catedral y las 'trampas' apenas capillitas".

Todavía recuerdo todas las artimañas que empleaba para evitar ser descubierto –para estas cosas el cerebro funciona al mismísimo nivel del coeficiente intelectual del propio Albert Einstein-, se te despierta la imaginación de tal forma que superas a la mejor productora de publicidad. En una oportunidad, por la noche, regresaba de estar en apapachos con una "malcriadita" e iba a encontrarme con mi enamorada, estando cerca de su casa me doy cuenta que la "bandida", que unas horas antes me regalaba sus besos, había manchado intencionalmente el cuello de mi camisa con el carmín de sus labios. Detuve mi avance vociferando una retahíla de groserías, y empecé a girar como loquito sobre mi propio eje hasta que se me encendió el foco dándome la solución: Me quité la camisa, la froté en el piso - especialmente la parte del cuello-, luego volví a colocármela y continúe mi camino. Ella, al verme preguntó preocupada qué me había sucedido, respondí si titubear, tocándome el brazo, que llegando a su hogar me fui de bruces en el terral que se hallaba a unos metros de allí. Sin más preguntas pidió que me quitara la camisa y juntos la metimos en la lavadora, luego me prestó una camiseta de su hermano y nos sentamos a conversar tranquilamente. Finalmente, con la camisa húmeda dentro de una bolsa, regresé tranquilo a mi casa.

Hoy, después de muchos años, recuerdo ésta y muchas "aventuras" similares, pienso en lo sinvergüenza que fui pero también en lo inteligente para evitarles un mal rato a quienes no merecían les arruinara la ilusión de ese entonces. Ninguna de ellas jamás se enteró de estas "travesuras" machistas de las que no me siento orgulloso, y mucho menos digno de convertirlas en consejos para las nuevas generaciones. Llega el momento en que acumulas tantas relaciones a la vez que pierdes el control de tu desorden sentimental generándose en tu interior el deseo de estar solo. Supongo que inconcientemente ha de ser también el temor a ser descubierto, te echen encima a los rudos de la familia y no lo cuentes al día siguiente.

Una psicóloga me dijo por aquella época: "Javier, es bueno que vivas todas estas experiencias para que cuando te llegue la hora de formar un hogar no te distraigas buscando en la calle lo que dejaste de vivir en ésta etapa de tu vida". El tiempo se tragó golosamente muchos calendarios de mi existencia y aun continuo soltero pero esta vez enamorado de una sola mujer.

Lo bailado nadie me lo va a quitar, es verdad, pero ya con más de cuatro décadas a cuestas pienso que mejor hubiera sido "danzar" siempre con una sola mujer para no perderme los bellos momentos que por distraerme en otros labios dejé de vivir al lado de ella.


Tu opinión es importante.

24 comentarios:

Mercedes Pinto dijo...

Pues, como de alguna manera dices al final, yo no creo que sea necesario vivir esas "aventurillas" para madurar. Conozco maneras mucho más eficaces de hacerse "mayor", valorar tu mundo; pero lo cierto es que por una cuestión de cultura parece que a los hombres se les hacía crecer entre piernas y piernas.
No querías que se enteraran de tus infidelidades... Pues ahora lo vas a tener complicado.

Me gustan tus textos, porque comunicas con claridad y estilo.
Un abrazo.

esteban lob dijo...

Hola amigo "chimbotano":

Devuelvo grata visita.
La anécdota que cuentas es, no tengo dudas, inolvidable para ti.

Saludos.

Anónimo dijo...

Pues mira que ...esos machitos, siempre pensando en lo mismo ...jejejeje...
Eres sincero cuando lo expones y eso es lo que me gusta...el contenido no lo apruebo...la fidelidad es para mi, una de las virtudes que más aprecio.

Encarni dijo...

Vaya, estás hecho un Don Juan, me has recordado a la pelicula ' El hombre que amaba a las mujeres' o 'El amante del amor' No sé si la conoces, te dejo un trailer.

http://www.youtube.com/watch?v=TC81N4vfxdk&feature=related

No sé, tal vez me lo ha parecido a mi, pero el final me ha resultado políticamente correcto, en realidad añoras tus andanzas :)

Saludos.

curro dijo...

Si todo eso que dices es cierto, no se como no te pillaron alguna vez. Al final te das cuenta de que has perdido el tiempo con muchas mujeres, pero quiza sea porque ninguna te llenó. Mira en todas las relaciones se dá el amor o el amar, pero es muy dificil que se den las dos juntas, o quizá ni nguna, la mayoria de las uniones son de conveniencia. En mis años mozos yo fuí igual que tu y te doy la razon quizá en una cosa que es evitar la sensación de soledad, nunca crei que fuera por ser mas macho. Enfin es una actitud digna de estudio. Un saludo

Alma Mateos Taborda dijo...

Bueno, quién te quita lo bailado amigo. Si eso te satisfizo, bravooo. Un abrazo.

la MaLquEridA dijo...

Pero no te sientes bien ahora que lo recuerdas y ya no puedes hacer nada.

Evitaste por lo menos que ellas se enteraran.



saludos.

maria jesus dijo...

Es verdad que se educaba a los hombres para que se pasaran el tiempo demostrando que lo eran y la manera de hacerlo, ya sabemos como era.

Pero yo nunca lo he entendido, tanto en hombre como en mujer, como se consigue ser feliz engañando a uno y otro, porque se engaña a los dos, al que quieres y al que no. Creo que ahí solo hay amor propio y falta de respeto como persona al engañado.

MAMÉ VALDÉS dijo...

¿Y si las mujeres hacen lo mismo y no lo sabemos? El engaño y la mentira puede hacer daño en las dos partes, espero que no te lean tus ex, un saludo.

SILVIA dijo...

Pues yo creo que la infidelidad, es la más absoluta manifestación de la propia inseguridad.
Buen texto, lujo visitarte.
besos!!!

Man dijo...

No se puede negar que eres sincero además de gracioso "casquivano" (esta palabra me la enseñó un cubano para definirse como promiscuos)
Yo siempre he dicho que para ser infiel hacen falta un hombre... y una mujer.
La infidelidad no solo es de obra, la hay sexo y de seso.
Me gusta como escribes, campeón.
Un abrazo

Patricia dijo...

Me dejaste pensando, y es la cultura que forma al hombre como plastilina? ciertamente asi es. Y cada ser tiene su camino o experiencia para contar y una vida maravillosa por vivir...
saludos,

JuanRa Diablo dijo...

Amigo Javier
Aquí me tienes de nuevo deambulando por tantos inolvidables recuerdos que compartes con nosotros.

He leído todas las Crónicas desde el Malecón, muchas de las cuales ya me eran familiares por habérnoslas contado anteriormente y he de decirte que tienes una sensibilidad muy esecial para rememorarlas por escrito pues siempre consigues emocionarme.

Creo que condimentas las frases con dulzor y alegría pero también con dolor y amargura y así de sabrosos te salen estos guisos literarios :)

Por mi parte seguiré saboreándolos, como siempre.

Un abrazo desde Yecla.

PD "El tiempo se tragó goloso muchos calendarios de mi existencia" Me ha parecido sublime. :)

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Lo bueno de la vida es que siempre podemos rehacerla en cada momento y pedir sacar a bailar a la persona que nos interesa.
Devuelvo tu amable visita a La Acequia, en la que espero encontrarte siempre que lo desees.

María dijo...

La infidelidad en cualquier clase de sentimientos, no me parece ser fiel ni con uno mismo ni con los demás.

Gracias por tu comentario dejado en mi blog.

Me quedo viendo el tuyo.

Saludos.

Anónimo dijo...

Muy buena tanto la anécdota como la idea principal del post. Yo tengo pendiente escribir algo por el estilo, pero con una experiencia totalmente opuesta.

Siempre es bueno encontrar gente que cuestiona los convencionalismos a los que estamos expuestos, principalmente los que nos inculcan de manera oculta.

Saludos y suerte!
PLPLE

Virginia Prieto dijo...

nuevo blog y varios textos hacia abajo que aún no he leído.
este que he leído está excelentemente contado.
sigo leyendo

beso grande

Minombresabeahierba dijo...

Que maravilloso y buena noticia saber que está enamorado!

Abrazo desde Argentina

Recomenzar dijo...

Me gusta tu historia es linda de a diario donde escribes lo que fuiste y mientras lo haces te analizas limpiando tu alma de apoco. La infidelidad depende del momento en que la vives Todos en un momento u otro de la vida lo somos...con la imaginacion o de cuerpo entero besos van

Conxa dijo...

Pues tu mismo llegas a la conclusión, a veces por ir de flor en flor cual abeja, nos perdemos a la mejor y otras veces, quizas no.

Aunque la conclusión de tu sicologa tiene miga, menuda tonteria!!(desde mi punto de vista,claro)

el o la que no se puede estar quieto-a, antes o después mueve el ala.

Cinthya Castillo dijo...

Yo creo que lo imperdonable de la infidelidad es que la pareja se entere.
Yo la verdad no tengo mucho problema con eso, no creo en los hombres fieles y es por esos mismo que me predispongo a posibles infidelidades, claro que sin despertar cada dia pensando en eso y sintiendo a morir.

Ojos que no ven, corazon que no siente, es un buen dicho.

Gracias por la visita.

Anónimo dijo...

He leído y pienso en la tristeza que debe haber en el corazón de quien descubre haber sido engañado. o engañada... yo he sido hombre de una sola mujer... me encanta ser solo de mi esposa, y recuerdo mirando atrás con tranquilidad que mis labios nunca han besado otros labios... que mis manos nunca han tocado otro cuerpo mas que el de mi amada esposa... muchos no lo creen, otros se ríen, pero para mi esto es importante, la fidelidad en el noviazgo, en el matrimonio... en fin no es por religión ni nada de eso, tan sólo es porque la amo...

Alís dijo...

"...ata en los ojos de los varones una oscura venda desde la etapa infantil hasta la mayoría de edad...". Me temo, Javier, que en la mayoría de los casos esa venda de la que hablas dura bastantes años más que el alcanzar la mayoría de edad.
Me llama la atención que al narrar tu infidelidad hablas de que estabas con una "malcriadita". El machismo persiste, parece.
Y temo que no entendiste bien a la psicóloga. Seguro que sí ayuda vivir diferentes relaciones o aventuras, pero intuyo que ella se refería a que lo hicieras de una en una. Vivir la vida, ganar experiencia y disfrutar no está reñido con la fidelidad.
En todo caso, me gusta la conclusión a la que te ha llevado la vida.

Un abrazo

Sayay dijo...

Bueno... es bueno que hayas resuelto esos asuntos antes de quedrte definitivamente con alguien, espero que seas feliz y que no te toque una segunda adolescencia (la famosa crisis de los 40), con esos solo sufrimos las mujeres que si creemos en el amor y nos mantenemos fieles. Escibes bien... ya leere otros de tus post. Ah!! gracias por visitar mi Blog.